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Propagación del suicidio como una solución a la crisis de deuda

Días antes de que el congreso aprobara el proyecto de ley de vivienda, Carlene Balderrama en Taunton, MA encontró su propia solución a la crisis de vivienda por la que estaba pasando. A solo poco más de dos horas antes de que su compañía hipotecaria, PHH Mortage Corporation- subastara su casa, Balderrama se suicidó con la escopeta de su marido.

Este no es el tipo de respuesta a los tiempos difíciles que James Grant tenía en mente cuando escribió su ensayo en el Wall Street Journal el 19 de julio titulado “¿Por qué no les molesta?” “uno podría deducirlo a la falta de ira popular” contrario a esto la famosa Wall Street escribió, "que la crisis de crédito fue culpa de Dios en lugar de la acción de los banqueros, las agencias de calificación y la del gobierno que parece estar dormido". Por el contrario, él cita el espíritu de respuesta en la década de 1890, cuando la abogada/activista Mary Lease movió multitudes con el mensaje “Queremos que el maldito sistema de exclusión sea aniquilado.... Vamos a pararnos en nuestras casas y nos quedaremos en nuestros hogares por la fuerza si es necesario".

Grant podía haber encontrado ejemplos de resistencia más vigorizante en la década de 1930, cuando los agricultores y arrendatarios utilizaban el poder de la mafia y a veces las armas de fuego para luchar contra las hipotecas y desalojos. Para obtener mas información acerca de esto, consulté a Frances Fox Piven, co-autor del texto clásico “Movimientos populares”: Por que dan resultado, como fracasan, quien mencionó a principios de lo 30´s que una serie de ciudades fueron tan sacudidas por la resistencia que se han declarado moratorias de nuevos desalojos. El motín de 1931 entre los inquilinos de Chicago que estaban atrasados en su alquiler, dejo tres muertos y tres policías heridos.

Según Piven, estas acciones suelen ser espontáneas. Un grupo de hombres desempleados tomarían acción de un desalojo previsto y marcharían por las calles, reunirían multitudes. Llegarían al lugar del desalojo, regresarían los muebles de nuevo en el apartamento y permanecerían alrededor para proteger a los inquilinos amenazados.

En un caso en Detroit se necesitaron 100 policías para desalojar una sola familia. También en Detroit, Piven menciona: Dos familias protegieron sus apartamentos disparándole al dueño, y fueron absueltos por el jurado.

¡Que diferencia hace 80 años! Cuando la policía y los subastadores llegaron a la casa de Balderrama, el arma de la familia ya había sido usada por la misma Balderrama para suicidarse.

No se que tan “merecedora” de deuda era ella - la familia había tenido problemas bancarios anteriormente, aunque probablemente no a causa de viajes al Caribe y armarios llenos de ropa de diseño. Lo que tenían fue una tasa ajustable de hipotecas, y Balderrama que gestionaba las finanzas, al parecer parecía renuente a decirle a su marido que cada vez los altos pagos mensuales estaban acabando con sus ingresos.

El suicidio se esta convirtiendo en una respuesta cada vez mas popular a la deuda. James Scurlock es creador del brillante documental, Maxed Out que muestra las características de las familias de dos estudiantes universitarios que se suicidaron después de haber sido abrumados por las deudas de sus tarjetas de crédito. “Todas las personas con las que hablamos han considerado suicidarse al menos una vez” dijo Scurlock en una reunión de la Asociación Nacional de Abogados de Bancarrota del Consumidor en 2007. De acuerdo con Los Angeles Times, los abogados en la audiencia "describen a clientes que se presentan en sus oficinas con cianuro, o con la amenaza" Si no me ayudan, tengo una pistola en mi coche".

India puede marcar la tendencia con una cifra estimada de 150000 agricultores endeudados que sucumben al suicidio desde 1997. Las armas de fuego escasean en la India rural, los agricultores desesperados toman los plaguicidas destinados a sus cultivos.
Seque sus ojos: La muerte es un remedio eficaz para la deuda, junto con cualquier otra cosa que le pueda molestarle. Y trate de pensar en ello desde una noble perspectiva: Si usted no puede pagar sus deudas o darse el lujo de jugar su papel como consumidor, y si, además - como un mayor número de norteamericanos -- ya no es requerido en su trabajo, entonces no hay otro motivo a su existencia. No estoy diciendo que los acreedores, los banqueros y las compañías hipotecarias lo desean muerto, sino que es una cultura donde la calificación crediticia habitualmente se mantiene en un período de tres dígitos como medida de valor personal y la respuesta a la deuda insoluble es "Solo dispárame".

La alternativa es valorarte a ti mismo más que a cualquier cantidad de dinero y cambiar las armas, metafóricamente hablando, en otra dirección. No fue Dios o algún cambio económico lo que causó la crisis de crédito. Los humanos, a menudo ocultamos, tal y como lo hacen las asociaciones financieras (puede encontrar una serie de nombres en la lista en el artículo de Nomi Prins en el actual ejemplar de Mother Jones), la mayoría de ellas. A excepción de unos cuantos que son grandes apostadores y se alimentan a si mismos del sudor y lagrimas de los deudores. Sé que es suena muy de los 30´s pero ¿Podría sugerir una marcha en el Wall Street?

Por Barbara Ehrenreich, 29 de julio del 2008

Barbara Ehrenreich es la autora de trece libros, entre ellos Níquel y Dimed que es uno de los mas vendidos del New York Times. Un frecuente contribuidor del New York Times, Harpers, y el Progressive, ella también colabora como escritora para la revista Time. Vive en la Florida.

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