Declaración en el Día Mundial por el Derecho a la Ciudad
Con motivo del Día Mundial por el Derecho a la Ciudad, la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad se solidariza con las víctimas y la resistencia al desarrollo urbano llevado a cabo por las políticas neoliberales, especialmente contra los desalojos forzados, y lanza un enérgico llamado a los gobiernos locales y nacionales y a la ONU a implementar el Derecho a la Ciudad como una vía colectiva de construir ciudades justas, inclusivas, pacíficas y sostenibles para todas y todos.
Esta Declaración complementa el Encuentro Internacional por Ciudades Igualitarias (Buenos Aires, 28-31 de octubre de 2018), para definir un compromiso conjunto de los movimientos sociales, la sociedad civil y las autoridades locales progresistas, en apoyo a políticas de vivienda y urbanas alternativas al paradigma del mercado, tal como lo propone la Declaración Municipalista por el Derecho a la Vivienda y el Derecho a la Ciudad promovida por Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU).
El Día Mundial del Derecho a la Ciudad de este año coincide con el 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 50º aniversario de mayo de 1968 y el 50º aniversario de la publicación de El derecho a la ciudad por Henri Lefebvre.
Declaración en el Día Mundial por el Derecho a la Ciudad
Nosotras y nosotros, movimientos sociales, organizaciones de la sociedad civil y gobiernos locales estamos comprometidas-os con el cambio social a través de la promoción, defensa y realización del Derecho a la Ciudad en todas las regiones del mundo.
El 31 de octubre, hemos acordado celebrar el Día Mundial por el Derecho a la Ciudad , reinterpretando la designación de Naciones Unidas del Día Mundial de las Ciudades.
La razón de esta decisión es simple: no basta con celebrar las ciudades . Las afirmaciones "no dejar a nadie atrás" (de la Agenda 2030) y "no dejar ningún lugar atrás" (de la Declaración del 9º Foro Urbano Mundial) se comprometen con la aspiración de ciudades que sean un lugar para todas-os, compartiendo derechos universales, valores y objetivos comunes; pero también ciudades que sean un lugar para todas-os, donde se puedan escuchar diferentes necesidades y se puedan dar respuestas específicas. El desafío es hacer ciudades como un bien común e implementar nuevas formas de garantizar derechos humanos con la visión del Derecho a la Ciudad y la democracia participativa, mientras respetamos el papel de las ciudades en la contribución a la redistribución económica, reconocimiento cultural y la capacidad de acción política para todas-os.
El Derecho a la Ciudad aporta una nueva y necesaria perspectiva para la implementación de la Agenda 2030 y la Nueva Agenda Urbana. En las últimas décadas, el Derecho a la Ciudad ha sido una alternativa y una reivindicación con la cual responder a algunos de los mayores desafíos de nuestro tiempo: justicia social, desigualdad, exclusión, desposesión, segregación espacial, discriminación de todo tipo, destrucción y privatización de los bienes comunes y degradación medioambiental.
Entendemos el Derecho a la Ciudad como el derecho de todas-os las-os habitantes, presentes y futuras-os, permanentes y temporales, a habitar, utilizar, ocupar, producir, transformar, gobernar y disfrutar ciudades, pueblos y asentamientos urbanos justos, inclusivos, seguros, sostenibles y democráticos, definidos como bienes comunes para el disfrute de una vida digna y en paz.
El Derecho a la Ciudad se refiere a ciudades y asentamientos humanos que respeten y cumplan los siguientes componentes:
- Una ciudad/asentamiento humano libre de discriminación , que abarque las minorías y la diversidad étnica, racial, sexual y cultural, que respete, proteja y promueva todas las costumbres, memorias, identidades, idiomas y expresiones artísticas y culturales no discriminatorias de sus habitantes.
- Una ciudad/asentamiento humano de igualdad de género , que adopte todas las medidas necesarias para garantizar el pleno desarrollo de las mujeres y las niñas, con igualdad en el ejercicio y la realización de los derechos humanos, y una vida libre de violencia.
- Una ciudad/asentamiento humano de ciudadanía inclusiva en el que todos las-os habitantes (permanentes o temporales) sean considerados ciudadanas-os y se les garantice igualdad de derechos, con independencia de su estatus legal.
- Una ciudad/asentamiento humano con una mayor participación política en la definición, implementación, seguimiento y formulación de presupuestos de las políticas urbanas y la ordenación del territorio con el fin de reforzar la transparencia, la eficacia y la inclusión de la diversidad de las-os habitantes y de sus organizaciones.
- Una ciudad/asentamiento humano que cumpla sus funciones sociales, es decir, que garantice el acceso equitativo y asequible de todas-os a la vivienda, los bienes, los servicios y las oportunidades urbanas, en particular para las mujeres, los grupos marginados y las personas con necesidades especiales.
- Una ciudad/asentamiento humano con espacios y servicios públicos de calidad que mejoren las interacciones sociales y la participación política, promuevan las expresiones socioculturales, abracen la diversidad y fomenten la cohesión social.
- Una ciudad/asentamiento humano con economías diversas e inclusivas que salvaguarde y asegure el acceso a medios de vida seguros y trabajo decente para todos las-os habitantes, reconozca y apoye las contribuciones de las-os trabajadoras-es informales, la economía social y solidaria y la producción social del hábitat.
- Una ciudad/asentamiento humano sostenible con vínculos urbano-rurales inclusivos que beneficie a las personas empobrecidas, tanto en zonas rurales como urbanas, y asegure la soberanía alimentaria; una ciudad o asentamiento humano que proteja la biodiversidad, los hábitats naturales y los ecosistemas de su entorno.
El Derecho a la Ciudad también nos recuerda la importancia de ciudades sensibles al género e inclusivas, que acojan a las minorías y la diversidad étnica, racial, sexual y cultural. No puede lograrse una ciudad/asentamiento humano con igualdad de género si no se abordan los temas de vivienda, transporte, espacios y servicios públicos seguros, inclusivos y asequibles para mujeres y niñas, el acceso al trabajo y al empoderamiento económico. Para garantizar el cumplimiento de todos y cada uno de estos criterios, es vital que las mujeres participen en la planificación urbana, la gobernanza local y los procesos de toma de decisiones relacionados con sus entornos urbanos.
El lema de Naciones Unidas para este año es Construir ciudades sostenibles y resilientes ". El objetivo del Día es promover el interés en la urbanización global y fomentar la cooperación entre países para aprovechar las oportunidades y afrontar los desafíos de la urbanización, así como para contribuir al desarrollo urbano sostenible en todo el mundo .
Sin embargo, la urbanización sostenible no es suficiente . En el contexto de los crecientes regímenes antidemocráticos, corporativos y autoritarios, la criminalización de los movimientos sociales y los ataques brutales contra los defensores de los derechos humanos, hacemos un llamamiento urgente a las Naciones Unidas y a todas las instituciones internacionales, regionales, nacionales y locales, a las organizaciones de la sociedad civil y a las-os habitantes de todo el mundo para que den un paso más y adopten el Derecho a la Ciudad como un camino colectivo para construir ciudades justas, inclusivas, pacíficas y sostenibles para todas y todos.