Pide la liberación de activistas chinos del derecho a la vivienda
Al tiempo que comienza en Shangai la Expo 2010, la exposición sobre tecnología e innovación, muchos activistas locales del derecho a la vivienda son silenciados por las autoridades chinas.
Desde 2000, más de 18.000 familias han sido desalojadas en la ciudad a fin de disponer de espacio para la instalación de la Expo, lo que ha contribuido a impulsar aún más el movimiento del derecho a la vivienda de Shangai, liderado principalmente por mujeres.
Sin embargo, los defensores y defensoras de los derechos humanos que tratan de denunciar violaciones, impugnar políticas que, a juicio de las autoridades, son delicadas desde un punto de vista político o convencer a otras personas para que se unan a su causa se enfrentan a un grave peligro de sufrir abusos.
Muchas defensoras de los derechos humanos en China, que comenzaron como activistas de base y son peticionarias por derecho propio, trabajan para prestar servicios útiles y defienden los derechos de la comunidad. Muy pocas se definirían a sí mismas como defensoras de los derechos humanos y las autoridades rara vez las consideran como tales.
No obstante, sufren marginación, prejuicios y violencia, además de tener que combatir los estereotipos de género. A algunas se las mantiene recluidas bajo arresto domiciliario no oficial o en centros de detención no oficiales conocidos como “cárceles negras”.
A otras las someten a formas de detención administrativa punitiva, como la “reeducación por el trabajo” o la ”vigilancia domiciliaria”, sin posibilidad de impugnar la legalidad de su detención.
Amnistía Internacional pide a las autoridades chinas que pongan en libertad de inmediato a Duan Chunfang y Mao Hengfeng, mujeres activistas del derecho a la vivienda de Shangai, y que pongan fin al hostigamiento de otros activistas del derecho a la vivienda.